Acompañado por el alcalde y la concejal de Cultura y Turismo, Bartolomé González ha tenido ocasión este martes de conocer de primera mano el espacio de la Casa de Cultura, erigida en torno a los hornos de la antigua fábrica, y el pudridero de caolín, elementos destacados entre el conjunto de instalaciones fabriles “a las que debe darse máxima protección por su importancia arquitectónica e histórica y también por lo que representaron en su momento para la población y el día a día de la localidad”
El regidor agradece “la disposición de la Comunidad de Madrid para avanzar en la tramitación y resolución del expediente para ver reconocido como corresponde un patrimonio que queremos poner en valor y potenciar por su notable dimensión y cultural y el indudable atractivo turístico que puede despertar, dentro y fuera de nuestra región”
La visita a Valdemorillo del director general de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, Bartolomé González Jiménez, este 1 de agosto, le pone fecha también a un paso más en el objetivo fijado por el Ayuntamiento para avanzar en la tramitación del expediente que dote del mayor nivel de protección posible, ya sea como bien de interés cultural o patrimonial, al patrimonio industrial de esta villa. Formado por un conjunto de elementos arquitectónicos y otros vestigios, cuya antigüedad llega a remontarse al siglo XIII, constituye un exponente arquitectónico e histórico de primer nivel, destacando, como ha tenido ocasión de comprobar González, “por su gran singularidad y valor, tanto a nivel material como por lo que estas construcciones representaron para esta población, un vínculo que se sigue manteniendo”. Garantizar el mayor grado de protección de este patrimonio se torna así en una prioridad compartida tanto por la Administración regional como por el Consistorio.
De hecho, la presencia del director general en dos de los espacios más ligados al pasado industrial valdemorillense, como los emblemáticos hornos o el antiguo pudridero de caolín reconvertido en cueva museo conservando intactas su características y condiciones de luz y humedad, está destinada a dar impulso al proceso que arrancó en febrero de 2020, cuando precisamente a iniciativa municipal se pusieron en marcha los trámites para solicitar la citada declaración como Bien de Interés Cultural, buscando, como recuerda el alcalde, Santiago Villena, “asegurar la conservación de las construcciones y demás vestigios de la actividad industrial desarrollada en nuestro pueblo, que tanta notoriedad llegó a alcanzar especialmente en la segunda mitad del siglo XIX y primera del XX”.
En su recorrido por los centenarios hornos y demás instalaciones, el responsable de Patrimonio Cultural se ha interesado por los diversos aspectos, analizando junto al regidor y la nueva concejal de Cultura y Turismo, Victoria Gil, muy volcada desde el primer momento en el tema, la posibilidad de agilitar el expediente, con nuevas acciones como el estudio arqueológico que ha de seguir al ya realizado sobre el terreno por técnicos de la Comunidad de Madrid. En este sentido, se ha repasado el estado en el que se encuentra el procedimiento y la necesidad de agilizarlo, recalcando el primer edil “nuestra intención de continuar trabajando en el objetivo marcado, porque para Valdemorillo resulta muy importante dar a conocer los bienes que hablan de su importante pasado industrial”, motivo por el que agradece “la disposición de esta Dirección General para que se pueda avanzar y tratar de hacer realidad esta declaración, potenciando una parte muy significativa del patrimonio local para darle mayor visibilidad pensando en el atractivo turístico que entraña, motor de nuestra hostelería y comercio”.
Además de los tres hornos, Vulcano, el más antiguo, datado en 1845, Moisés y Progreso, el ya citado almacén de caolín y la torre de La Bomba, el “valioso y singular” patrimonio industrial de Valdemorillo engloba otros elementos cuya antigüedad muestra la evolución de la actividad fabril en el municipio, como el horno refractario de José Orodea, sin olvidar tampoco otros restos de especial interés, como las minas y calera de El Vétago.