Gran ambiente el vivido este último domingo de verano en Valdemorillo con el Certamen de Coches y Motos Clásicos. Fueron cerca de 200 los vehículos que lograron hacer de la concentración de este 19 de septiembre todo un éxito, ofreciendo un escaparate único donde estuvieron todos, con sus chasis bien cuidados, carrocerías en perfecto estado, demostrado que todavía dejan su huella en el asfalto, desde los más recordados a los más singulares y los de motores aún bien potentes.
Utilitarios, como los 600, que fueron mayoría, devolviendo la imagen más familiar de nuestras carreteras, los siempre llamativos deportivos, las grandes berlinas… y también motocicletas de todas las marcas, los cuatrolatas y furgonetas, camiones y hasta el autobús de la empresa Julián de Castro, modelo de 1934, que sigue como el primer día, listo para partir como cuando entró en servicio para llevar a los viajeros cubriendo la línea Colmenarejo-Galapagar-Torrelodones. El parking de la plaza de toros se quedó pequeño para dar cabida a todos los inscritos, llenando la explanada cercana y, por supuesto, todo el ruedo de La Candelaria. Allí estacionaron auténticas piezas de museo, como las que hicieron bien visible la presencia de la Fundación Eduardo Barreiros, haciendo valer su lema, “motor, cultura y sociedad”. Su presidenta. Mariluz Barreiros se contó igualmente entre las muchas decenas de personas que disfrutaron comprobando la buena marcha del Certamen, para el que, a la vista de la gran jornada vivida, se augura “una siguiente edición aún más peculiar”.
La concejal de Promoción Económica, Pilar López Partida, responsable de respaldar la iniciativa para hacer posible esta brillante celebración del X aniversario del Club Clásicos de Valdemorillo, el alcalde, Santiago Villena, destacando la gran expectación despertada con este evento, y el también edil Francisco Vicente Bravo entregaron los trofeos a los mejores. Unos premios que, entre los coches, recayeron en el Citroën SHP de 1923 de Jesús Montaner, que con casi un siglo de historia se llevó el premio al más antiguo; el Ford Mustang Carrio del 66, de Miguel Moreno, como el mejor restaurado; El elegante Mercedes 190 SL matriculado en el 59, propiedad de Carlos Aldanondo; y un Mini Morris del 71 con el que Miguel Ángel Fernández Sánchez, trofeo al mejor conservado
Ya en motos, el reconocimiento especial fue para la Vespa Baro Bajo del 53, de José A. Hermoso, la Bultaco Matador de 1973 de Jorge Pérez, otra Bultaco, modelo Metralla de 1962, presentada por Federico Fernández, y la Honda CBX del 80 conducida por Juan Ortega.
Además, y en reconocimiento al gran trabajo realizado como organizador del Certamen, el Ayuntamiento hizo entrega de una pieza de artesanía local al presidente del Club, Alberto Camarero, que en todo momento supo cuidad de cada detara par que todo estuviera a punto, actuado de modo totalmente desinteresado, con el único objetivo de ofrecer a todos, aficionados y población en general, una vistosa concentración de vehículos. Una buena labor que se vio recompensada por el alto número de participantes y la gran afluencia de público, “alicientes que nos hacen ya trabajar con mucha ilusión en el próximo Certamen”.