- Como es tradición, en plena festividad de las Candelas se celebró la emocionante ceremonia que pone en manos de los distinguidos en este 2020 los honores de los que se han hecho merecedores. En esta ocasión, son tres los títulos de Hijos Adoptivos entregados, dos de ellos a título póstumo, los otorgados a la ilustre científica Margarita Salas y a Fernando García por su labor como boticario que atendió a varias generaciones de valdemorillenses, mientras que Pepa Garrido lo recogió viendo así aplaudida una vez más su gran labor en pro de la cultura y tradiciones locales
- Una emocionada Esperanza Nogal recibió este 2 de febrero su título como Hija Predilecta, ‘recompensa’ merecida tras más de 40 años regentando su quiosco de prensa, a pie de calle. Y completando el cuadro de honores, la Medalla al Mérito Deportivo que ha ido a manos de la jovencísima Adriana San Román, la ciclista que tanto eleva el pabellón local en los sucesivos podios que va cosechando, tres de ellos ya como campeona de España en su categoría.
Si algo distingue a Valdemorillo en el Día de las Candelas, es su voluntad de reconocer a aquellos de sus vecinos que contribuyen a ensalzar el valor de esta población, haciendo de su trabajo y esfuerzo, incluso de su afición por este lugar, un ejemplo a seguir y un motivo de reconocimiento colectivo y emocionado. Y es que las emociones marcaron el acto de entrega de distinciones que en la tarde de este 2 de febrero ha puesto los focos en los nuevos Hijos Adoptivos, en una nueva Hija Predilecta y en una joven que reúne méritos suficientes como para recibir honores pese a su temprana edad, 17 años. Porque se es de Valdemorillo por nacimiento, caso de Esperanza Nogal, y también de corazón, como prueban el resto de nombres que hoy pasan ya a formar parte de la historia local por derecho propio; la científica Margarita Salas, que en su día fijó residencia en este pueblo, un hogar que por sus muchas obligaciones profesionales hubo de relegar a períodos vacacionales durante otra parte de su vida; Fernando García, boticario que supo ser un auténtico y gran servidor de sus convecinos, prestándoles atención permanente, escuchándoles, regalándoles mucho de su conocimiento y tesón; y Pepa Garrido, mujer que hasta el pasado octubre siguió subiéndose a escena, capaz de hacer de sus iniciativas verdaderos logros para esta localidad.
Comenzó el encuentro con el no menos emotivo recuerdo en memoria de Antonio Laborda, Cronista Oficial de esta villa, fallecido esta misma semana, por el que se guardó un respetuoso minuto de silencio. A continuación, la gran promesa del deporte que encarna Adriana San Román, recogió su Medalla de Honor de manos de Eva Ruiz, Primer Teniente de Alcalde y Concejal delegada de Educación y Cultura, así como de Relaciones Institucionales. La joven aprovechó para hacer entrega de un maillot firmado, gesto con el que comparte con el Consistorio su pasión por la bicicleta que espera le siga llevando a alcanzar muchas más metas en su ya brillante carrera. Adriana ha visto así reconocida su dedicación y entrega al ciclismo, recociéndosele además su contribución a la proyección exterior del municipio.
En el caso del título de Hijo Adoptivo a Fernando García, concedido a título póstumo, con él se viene a rendir públicamente el reconocimiento que merecía quien trabajó tanto a favor de esta población, una labor en pro de los intereses locales que se plasmó en su trato atento en los vecinos, en su constancia y empeño por sacar adelante iniciativas de progreso para Valdemorillo. El Alcalde, Santiago Villena, hizo entrega de la medalla y diploma acreditativos del título a uno de los hijos del homenajeado, Alberto García Bordás.
Y también a título póstumo se entregó el título de Hija Adoptiva de Valdemorillo a la excelentísima Margarita Salas, fallecida poco después del acuerdo Pleno por el que se acordó concederle este honor. Fue en 1975 cuando la insigne bióloga, ilustre a escala mundial, descubrió Valdemorillo y lo eligió para fijar su hogar en este pueblo que tanto le atrajo, si bien más tarde fue convirtiéndose en escenario de las vacaciones familiares. Algo que recuerda muy bien Lucía Viñuela Salas, quien acudió personalmente a recoger el título con el que esta villa honra a su madre, entregado conjuntamente por el regidor, el diputado socialista de la Asamblea de Madrid Manuel Freire Campo y Nieves Sánchez Gaitán, presidenta de la Asociación de Técnicos en Seguridad Nuclear y Protección Radiológica.
En cuanto al tercer título de Hija Adoptiva, fue recibido con enorme ilusión por Pepa Garrido, toda una ‘institución’ local, dada la incansable labor seguida, a iniciativa propia, para sacar adelante realidades como la Asociación de Vecinos La Tenería, la banda de música del mismo nombre, el grupo de teatro Talía e, incluso, en su momento, una coral, y hasta un coro rociero. La Concejal Eva Ruiz le hizo entrega de medalla y título, recibiendo una vez más la fuerte ovación de un pueblo al que tanto ha dado.
Por último, y ya como Hija Predilecta, fue Esperanza Nogal quien recogió su distinción, entregada por el regidor, y que fue acogida con las palabras de agradecimiento pronunciadas por Pilar Elvira Nogal. Muchos los recuerdos revividos en el Auditorio de la Giralt Laporta con este título honorífico, ya que Esperanza regentó durante más de cuatro décadas el quiosco de prensa situado en pleno corazón urbano, siendo un ejemplo de fortaleza, una mujer capaz de superar con admirable valor las adversidades y de servir con gran humildad y simpatía a todos sus convecinos. Santiago Villena, como Alcalde, se encargó de cerrar un acto tan especial para todos, subrayando el orgullo que representa para Valdemorillo el poder contar entre sus habitantes con personas como las distinguidas en este 2020, “porque es un verdadero honor para nosotros sumar su ejemplo, en el que hemos de saber mirarnos para contribuir igualmente a que nuestro pueblo siga creciendo y mejorando”.