Coches y motos volvieron a salir al ruedo de Valdemorillo este domingo despertando la curiosidad del público y, sobre todo, brindando una nueva y multitudinaria jornada de gran interés para los aficionados al mundo del motor, y especialmente para aquellos que disfrutan viendo rodar en perfecto estado a todo tipo de utilitarios, berlinas, deportivos y demás vehículos que, sobrepasando en muchos casos en varias décadas los 25 años de matriculación, se muestran casi como el primer día. Y es que presidiado por el gran ambiente que genera este tipo de concentraciones, el Certamen de Coches Clásicos y Deportivos de la Sierra de Madrid cumplió con su cita anual en coincidencia con el decimosegundo aniversario del Club organizador, Clásicos de Valdemorillo. Una edición más que precisamente batió previsiones ante la alta participación registrada, con más de 200 vehículos en exposición, llenando tanto el albero de La Candelaria como el aparcamiento de la propia plaza de toros. Se cumplió así el pronóstico que ya apuntara en la edición anterior el presidente el club, Alberto Camarero, una vez constatado el éxito alcanzado en la convocatoria de este 2023, que ha ido a más tanto por los niveles de afluencia de visitantes, como por el número de inscritos.
Respondiendo al objetivo que mueve a sus responsables, el Certamen contribuyó a fomentar y acercar la afición por el automovilismo, sumándole nuevos kilómetros con la gran variedad de marcas, modelos y épocas presentes, porque algunos de los automóviles lucieron como verdaderas piezas de museo, haciendo las delicias de coleccionistas y demás visitantes. Y todo ello ofreciendo la estampa de unos coches, y también furgonetas, motos, camiones e incluso un autobús de la empresa Julián de Castro que prestó servicio en la zona en los años 30 del siglo pasado, por los que no parece pasar el tiempo, mostrando sus chasis bien cuidados, sus motores a punto y sus ganas de seguir rodando por el asfalto.
Algunos ofreciendo una imagen más familiar, otros realmente únicos, todos formando parte de la historia de la automoción que se dejó ver por unas horas este 1 de octubre en Valdemorillo, “añadiendo, sin duda, gran atractivo a este domingo, una jornada ideal, con la buena climatología también acompañando, para pasar un día realmente muy completo en nuestro municipio, visitando el certamen de los clásicos y aprovechando la ocasión para disfrutar de la oferta lúdica, comercial y hostelera que brinda nuestro pueblo”, como explica la concejal de Promoción Económica, Eva Ruiz, insistiendo así en “el apoyo del Ayuntamiento al desarrollo de este tipo de iniciativas”.
De hecho, el broche del certamen lo puso la tradicional entrega de trofeos, para la que se contó con el alcalde, Santiago Villena, quien agradeció y felicitó a Camarero por el gran trabajo realizado en la organización del evento, la propia concejal del área y otros miembros del gobierno municipal, como Jorge Mirat, que entre sus competencias ostenta la concejalía de Movilidad. Y entre los premiados, en coches el trofeo al mejor restaurado fue para una furgoneta Volkswagen T1, la más valiosa en su gama por aspectos como el número de ventanas, mientras que el mejor conservado recayó en un Seat 127 con muy escaso kilometraje que luce pintura original. En cuanto al más elegante, el reconocimiento fue para un bello Rolls-Royce Silver Crown, y completando este listado de premios, el ganado por un automóvil Amilcar Torpedo del año 1921, al ser el más antiguo entre los reunidos este año.
En cuanto a las motos, una Bultaco 250 fue esta vez la merecedora del galardón a la mejor restaurada, recayendo en una Honda CB el premio a la más elegante y entregándose el de más antigua a una Guzzi de los años 40. Sobre la base de este palmarés, Valdemorillo pone ya rumbo a la siguiente edición de los Clásicos.