- Emma Ozores y Vicente Ranovell protagonizaron la última de las funciones para acercar al público la comedia ‘¡El último que apague la luz!’, con texto del recordado Antonio Ozores. Un broche “de lujo” para la sucesión de tardes que abarcaron desde el puro cuplé en la voz de Olga María Ramos, al humor gestual de Yllana y los espectáculos familiares que hicieron disfrutar a niños y adultos con las canciones de Triguiñuelas y el Circo del Payaso Tallarín que les presentó el grupo CantaJuego
- “Estamos satisfechos porque los espectadores han respondido con su presencia y han podido seguir todas estas representaciones con la tranquilidad de contar con el respeto a los protocolos y un medidor de CO2 en la sala”, como explica Eva Ruiz, concejal del área
Suma de funciones con un resultado exitoso, tanto por el acierto de los espectáculos programados como por las medidas preventivas que han vuelto a demostrar que, respetando protocolos, la cultura es segura. Un lema que se lleva repitiendo desde hace meses en la Giralt Laporta y que, en esta primera semana de febrero, a falta de las Fiestas Patronales suspendidas por la pandemia, se ha impuesto como realidad aceptada y compartida por los vecinos de Valdemorillo. Y es que la respuesta del público incluso ha superado expectativas y prácticamente en cada representación el aforo limitado a menos del 50% registró lleno al completo. Además, la gran variedad de propuestas abarcó a todo tipo de espectador, desde los peques y sus familias al aficionado adulto.
El primero de los pases programado cobró ya acento de postín, avivando recuerdos y emociones con la actuación de la cupletera y ‘cupletóloga’ que toma su nombre de la misma historia del género que es su vida. Entre mantones, con su pizca de picardía y el arte que siempre la acompaña, Olga María Ramos le puso su voz al cuplé más puro, brindando una función en clave de homenaje a esa música de los 20 de partituras inolvidables, todo un guiño a los mayores que conocen bien los temas del repertorio tan acertadamente interpretado sobre las tablas de la Giralt Laporta. Música con auténtica denominación de origen que mereció el aplauso de todos y que transmitió el cariño que igualmente le mostraron a la artista, en nombre de Valdemorillo, las autoridades locales.
Tampoco faltó una nueva ovación para Yllana, con sus cuatro actores llevando a las tablas una divertidísima sátira sobre la ecología, nuestro futuro como especie y el del propio planeta. El calentamiento global, el uso abusivo de los plásticos, el consumismo desenfrenado, la desaparición ya probada de otras especies animales tejieron el argumento para ofrecer un montaje genial, donde el mejor teatro gestual, tildado con un humor ácido y sin barreras, volvió a ser el gran protagonista.
Guitarra, violín, pandereta, cucharejo… Muchos instrumentos para arrancarle los ritmos a la música de la tierra fue la tercera de las propuestas a escena, con Triguiñuelas presentando a MElisa, LOla y DIAna, tres “musiexploradoras” que protagonizaron una fantástica y melodiosa tarde, combinando pedagogía, teatro y tradición para hacer disfrutar y aprender a niños y adultos. Bien provisto de su acento folk y de los sones castellanos, este peculiar grupo musical, brindó un espectáculo entrañable, lleno de esas canciones que cuentan la vida del abuelo, la de tantos de nuestros mayores.
Y cogiéndoles el testigo, las carcajadas y muchas canciones más que cuajaron en el espectáculo, éste con el aval de la Red de Teatros de la Comunidad de Madrid, que, lleno de colorido y chispeante de emoción, ofreció otro grupo de los que entusiasma a los más benjamines, CantaJuego, despertando la fantasía e imaginación de los asistentes. Fue el encuentro con el payaso Tallarín, y con tantos otros personajes, como Dianarlequina, Jonas, Coco, Aitor Cantor, Violeta Voltereta… Con ellos llegó la ilusión, la magia del circo, para contar una historia de payasos sin igual.
Y finalmente, comedia desternillante sembrando de risas continuas el Auditorio como la mejor de las despedidas para echar el telón, ya en la tarde del pasado sábado, a la programación especial con la que ha arrancado este ‘atípico’ febrero en Valdemorillo. Como intérpretes, Emma Ozores y Vicente Ranovell, dando voz y vida a la obra ‘¡El último que apague la luz!’, todo un tributo al padre de esta prestigiosa actriz y, además, autor del texto, el inolvidable Antonio Ozores.
Ahora, en el momento de hacer balance, la concejal de Educación y Cultura, Eva Ruiz, destaca la satisfacción del Ayuntamiento “porque los espectadores han respondido con su presencia, dando sentido a estas funcione y disfrutando de ellas con tranquilidad, conscientes del estricto cumplimiento que se hace permanentemente de las medidas sanitarias de seguridad vigentes, que, además, se ven reforzadas por el medidor de calidad del aire del que también se dispone en nuestro Auditorio”.